sábado, 16 de enero de 2010

Cuadernos de viaje: las playas de Santa Mónica


En mi vida he hecho muchas tonterías: una de las más grandes fue viajar a California sin meter las zapatillas de correr en la maleta. Cada vez que lo pienso, me pongo malo... A partir de entonces aprendí la lección y no importa donde me dirija, voy siempre bien equipado para echar una carrerita con calzado adecuado para ello.

Ese descuido fue terrible para el desarrollo del viaje, no importan ya las razones, pero a pesar de todo, guardo buenos recuerdos de algunas de las aventuras que viví por esas tierras, que no recordaré aquí para no equivocar al lector. Si tuviera que volver a ir a Los Ángeles, pasaría más tiempo en las gigantes playas que dan al pacífico y ni por un instante se me ocurriría pasearme otra vez por Hollywood, un barrio bastante sórdido pese a lo que se pudiera pensar. El glamour está en las residencias de los famosos, supongo. Por allí da la impresión de que las bandas campan a sus anchas a partir de ciertas horas, así que nadie sensato camina por la tarde por las agrietadas aceras de Sunset Boulevard.

Esa sensación de miedo no la he tenido semejante en otra ciudad del primer mundo; en el tercer mundo sí, fuera de Europa y EEUU la verdad es que he tenido pánico en todas partes salvo en la ciudad de Cuzco, mágica capital de los incas de la que a buen seguro hablaré en otra ocasión para enlazar algún comentario sobre Machu Picchu.

Pues eso, el miedo nos impide disfrutar en un viaje y yo la ciudad de Los Ángeles la recuerdo con auténtico desasosiego. Tal vez por eso eché tanto en falta en esa metropoli mis zapatillas Nike, ya que para descubrir una ciudad al principio y perderle el miedo me gusta recorrerla a buen trote, en pantalones cortos y sin la cámara fotográfica que delata al turista. Ya da igual; en definitiva, cada día que me levanto agradezco a la providencia haber escapado de los alrededores de Beverly Hills, un lugar en el que por fortuna no se me perdió nada.

3 comentarios:

  1. Juan, te leo a trompicones, unas cuantas entradas de golpe...me quedo con las playas de California, tierra en la que fui feliz, para hacerte un guiño y saludarte.
    Se me está ocurriendo una idea alocada para que puedas desquitarte de no haber llevado tus nike a Santa Mónica...

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  2. Que Ironia, los Europeos por lo general salen corriendo de tiendas para comprarse una zapatillas ya que estan mas baratas....tu, sin embargo, no corristes por que se te olvidaron en Europa.

    La fabula de la zapatilla y el J&B.

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  3. Las zapatillas son un poco una metáfora de mí mismo. Sin zapatillas me quedo en nada, en un turista más, que hace fotos como un bobo. Me gustó mucho California, pero mucho más tomarme un JB coca-cola en el Dillon's de Boston.

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