martes, 3 de abril de 2012

Un pez en el acuario


Siento una particular fascinación por los peces. Geometría, color y movimiento. Los peces se mueven sin césar, trasladando sus bellos colores a través de las transparentes aguas del acuario. ¿Por qué esa búsqueda constante de comida, si son alimentados periódicamente por el dueño del restaurante japonés? Un pez rojo, un pez azul, un pez amarillo. Por un día, por tan solo unas horas, me gustaría ser como el pez de un acuario, y vivir entre corales y plantas acuáticas, a una temperatura constante propia de un río tropical. Un mundo de cálido silencio, aislado por necesidad del ruido y de la interrupción.