lunes, 21 de junio de 2010

El don de la escritura


¿Qué talento oculto esconde Stefan Zweig, que la lectura de sus obras engancha desde las primeras líneas? Para un lector tan perezoso como yo, encontrar autores como éste es una auténtica fortuna. Este hombre tenía un don, de eso no hay duda. Me alegra además haber descubierto a este autor un poco por casualidad, por ello no tengo prejuicios derivados de la opinión de terceras personas. Si en el colegio me hubieran hablado de las bondades de este escritor, obligándome a memorizar su biografía y realizar comentarios de texto a pasajes de su obra, es muy posible que no pudiera referirme a la misma con el entusiasmo que lo hago. Sería como mencionar Cervantes a los pobres estudiantes españoles que en vez de leer "El Quijote" por puro placer, se ven obligados a hacerlo por obligación, con la necesidad de comprender el sentido del libro antes que disfrutar del mismo, que es para lo que lo escribió el héroe de Lepanto. Aunque parezca mentira, ninguno de mis profesores mencionó nunca -que yo recuerde- la existencia Stefan Zweig. Sin duda esta laguna se ha demostrado muy fructífera para desarrollar mi admiración por el escritor, ya que entre otras cosas la lectura de sus libros no me trae a la memoria la época de los exámenes del instituto o de la selectividad. Al hilo de esto, entiendo muy bien que la gente de mi generación recele de cualquier referencia a los filósofos clásicos, desde Platón hasta Kant pasando por Descartes. Detrás de cada uno de estos nombres hay una desconfianza natural, un rechazo automático y en algunas ocasiones una profunda e irremediable inquina.

sábado, 19 de junio de 2010

Apatía geométrica


Siendo este blog un invento que nació sin ningún fin determinado, poco importa lo que pueda decir en él. Me parece relevante no perder de vista esta idea: nada puede haber detrás de mostrar unos dibujos y fotografías que almaceno en el disco duro del ordenador. A partir de ahí, es cierto que me complace abandonarme sin mucho pudor a la divagación sobre las cosas que me preocupan y que no son susceptibles de generar (mucha) polémica. En cualquier caso, no creo ser del todo libre para escribir, si lo fuera seguramente me lo tomaría más en serio. Me parece evidente que callar es casi siempre más inteligente que hablar, y tal vez el propósito del blog sea precisamente ese: decir durante un tiempo tantas cosas sin orden ni sentido que lo más prudente a partir de un determinado momento sea guardar silencio. No me cansaré, eso sí, de hacer dibujos geométricos ni siquiera en días como hoy, en los que una desconcertante apatía ha venido a visitarme.

domingo, 6 de junio de 2010

Tierras de conquista


Nadal reconquista la tierra de París, dicen los periódicos. Son cinco los Roland Garros en su poder como cinco fueron los Tours que venció Induraín, ese hombre tranquilo que nos alegró tantos veranos. La presencia de Nadal en los medios se alarga a la casi totalidad del año, ya que además de jugar al tenis participa en anuncios, videos musicales, campañas de promoción turística: uno llega al aeropuerto de Ibiza y allí se topa con la imagen del manacorí, sonriente y bronceado, dando la bienvenida a los viajeros en varios idiomas.

Rafa Nadal parece feliz porque hace lo que le gusta, pero da la impresión de que sería bueno en todo lo que se propusiera. Hace casi un siglo, Baroja proconizaba un remedio contra el mal de vivir: la acción. Y apuntaba el escritor, anticipándose a la recuperación espectacular del tenista tras su lesión: la acción por la ambición y el placer me parece poca cosa. A mí me gustaría la acción, la gimnasia del espíritu, la superación de mí mismo, pero no por el placer, sino por un sentimiento de orgullo.

Seguramente una persona como Nadal, dedicada al cien por cien a la misma actividad, no necesita reflexionar mucho a la hora de encauzar sus acciones, y por ello no cabe pensar que actúe por tal o cual razón. Él entrena duro para mejorar, cuando está fatigado descansa, y en las horas libres juega a la PlayStation. El sentido común, la humildad y el espíritu de superación estaban ahí desde niño, hay cosas que o se tienen dentro o no hay nada que hacer para inculcarlas.

Nadal es un ejemplo de todas las virtudes que deben acompañar a un deportista. Él y su fe en sí mismo han sido capaces de reconquistar el trofeo más importante sobre tierra batida, tras una temporada cargada de lesiones y contratiempos. Esperemos que el triunfo de Nadal sea una buen presagio para el plato fuerte que nos aguarda a la vuelta de la esquina. Si Rafa ha sabido conquistar la tierra de París, hay que pensar en que la selección de fútbol, con todo el apoyo de España detrás, puede conquistar las tierras de Sudáfrica. Soñar no cuesta nada, ha llegado la hora de la verdad. ¡Vamos!

martes, 1 de junio de 2010

Caminos y alegorías


Leo Siddhartha con gran interés, desde el comienzo me cautiva el estilo sencillo y claro, cargado de lirismo, de Herman Hesse. Me acompaña este libro en un viaje especial, un pequeño desafío para mi espíritu reflexivo y poco viajero. Nunca he comprendido ese afán por andar de aquí para allá sin parar, tampoco me aferro al hogar a la manera de Kant en su Prusia natal pero es cierto que tengo tendencia a buscar acomodo en la rueda de la rutina.

En la televisión del hotel ponen "Wall Street", un clásico de los 80 con un Michael Douglas estelar, haciendo de tiburón de las finanzas, elegante y sin escrúpulos. Ya está comenzada, no me apetece mucho ver la tele pero enseguida me atrapa la historia de la relación entre el magnate y su delfín. Dejo Siddhartha en la mesilla de noche y abro una bolsa de patatas fritas y una coca-cola para disfrutar mejor de la película.

No es el fin de este blog hilar las propias experiencias para darles un sentido lógico, ni contar historias con principio, nudo y desenlace. Pero es cierto que en determinados momentos de la vida -un viaje, sobre todo- tendemos a buscarle explicación a casi todo, como si el azar se encargara de dar sentido a las cosas que hacemos al tun tun.

Siddhartha busca la sabiduría a través de la meditación, el ayuno y la paciencia, el personaje de Michael Douglas busca el dinero y la buena vida a través de operaciones en bolsa. Lo importante es encontrar algo que hacer en la vida que nos permita canalizar las energías sin desperdiciar el tiempo en vano, y este algo ya puede ser el intento de alcanzar el nirvana o de comprar un avión privado. Ninguna opción es mejor que otra, basta tener estilo y ser coherente con uno mismo para que los demás sepan a que atenerse. ¡Caminante, sí hay camino, el tiempo corre!