martes, 31 de mayo de 2011

Amarganz


Se cuenta que Amarganz fue construida por los seres más feos de Fantasía. Era una ciudad revestida en su mayor parte de plata, o mejor dicho, de las lágrimas de plata que vertían unos extraños seres al contemplar su horripilante aspecto. En la fábula de Michael Ende, estos seres horrendos se transforman en jocosos y disparatados por bondad del protagonista, Bastian, que gracias al Auryn puede transformar todos sus deseos en realidad (en la realidad de Fantasía, claro). La historia nos cuenta que al cambiar de aspecto los moradores de Amarganz fueron aún más desdichados que antes, ya que en su naturaleza no estaba el estar alegres sin descanso y menos todavía en dar saltos de un lado a otro -tal como lo había imaginado Bastian- como si la vida fuera una sempiterna representación circense. Al cabo de un tiempo, los antiguos horrendos seres solicitaron a su bienhechor deshacer el encanto y volver a su apariencia original, pero para entonces Bastian se había dado cuenta de los efectos colaterales del Auryn (olvidar los recuerdos del mundo real) y no pudo volver sobre sus pasos. Ello supongo implicó la desaparición paulatina de la ciudad de plata, no recuerdo muy bien como concluye Michael Ende esta pequeña historia. A mí me inspiró un dibujo que empecé en navidades y he concluido hace pocos días.