domingo, 2 de mayo de 2010

Revuelta en rojo


Veo las imágenes de Bangkok en estos tiempos de revueltas callejeras. Los insurgentes han creado con la aquiescencia de las autoridades una mini-ciudad dentro de la metrópoli en la que hacen mítines, dan comida, venden camisetas. Al final del día todos los participantes en esta revolución sui generis reciben un masaje tradicional. No parece una revuelta a la manera occidental, allí todo lo llevan con bastante calma, el budismo ha enraizado en esta gente un espíritu pacífico que se palpa en el ambiente. Pero día a día los muertos aumentan tras las peleas con las fuerzas de orden público, y la tensión ha de hacerse insostenible para el gobierno porque -entre otras cosas- sin el turismo desaparece la principal fuente de riqueza del país. Puede llegar un día en que todo explote. No es el rojo un buen color para promover una revolución que pretende imponerse al margen de la violencia.

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