lunes, 23 de noviembre de 2009

Violetas kantianas


Atrapado por las obligaciones en esta semana de lluvias, para deleite de mi parte kantiana. Me pregunto si escribir este blog es un deber moral, o al menos un debercillo. No lo sé, dice mi parte socrática, y así andamos. Según Kierkegaard, no habría duda: cada día hay que escribir por lo menos una línea, aunque sea para hundirse en reflexiones que no llevan a ninguna parte. Tras las nubes de noviembre llegará el color, la tranquilidad, una sonrisa de agua, naranjas y violetas en el desayuno de media mañana. Luego, un paseo por el bosque entre hojas secas y músicas del mundo. Todo llegará.

No hay comentarios:

Publicar un comentario