domingo, 29 de noviembre de 2009

Anochece en la Cour


Mañana, día de papeles.

Otro lunes más, para algunos será el primero, para otros el último, para la mayoría simplemente un lunes de entre tantos. La institución permanece, impávida ante la lluvia y el frío, a la vanguardia de este proyecto común que hemos convenido en llamar Unión Europea.

Curioso destino deber partir el día antes de que todo empiece a cambiar, lo primero, el nombre del lugar.

No hay tristeza ni alegría: sólo papeles que rellenar, papeles que conservar, papeles que reciclar. Luego habrá que modificar, si acaso, la hora del despertador; lo demás se hará con tranquilidad, tras un actimel y un zumo de naranja.

Ahora está anocheciendo. Un ejército de cables, terminales de ordenador, impresoras y fotocopiadoras aguardan entre muros silenciosos a que, con la primera luz de la mañana, todo vuelva a ponerse en marcha.

Extraño lunes con aire de viernes, víspera de un falso fin de semana en Bruselas. Aunque todo es casualidad, a veces no lo parece. Veremos como acaba la cosa.

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