domingo, 20 de diciembre de 2009

Orden y caos


En las últimas semanas, he asistido -sin intervenir- a varias acaloradas conversaciones acerca de los pros y los contras de "facebook", ese gran hermano de las relaciones sociales. Lo curioso es que muchos de los que discuten del tema ni siquiera están en "facebook"; su posición consiste precisamente en defender la necesidad de no caer en esa tentación, como si una vez que uno se creara un perfil en internet no hubiera marcha atrás.

A mi "facebook" me parece un gran invento, pero es verdad que tiene objetivamente sus inconvenientes, como es la de mantener de forma artificial relaciones humanas virtuales que, por decirlo claramente, no llevan a ninguna parte y quitan muchas energías que podríamos utilizar para otra cosa. Pero a la vez, hay que reconocer que las redes sociales facilitan mantener verdaderas amistades que, de no existir esta vía de comunicación, correrían el riesgo de debilitarse paulatinamente debido a la distancia.

Ayer vi una película muy interesante en la filmoteca de luxemburgo, titulada "La escalera de caracol"; un drama psicológico de los años 40 que, a mi juicio, le da mil vueltas a la mayor parte de las películas modernas. Éramos cuatro en la sala para ver esta maravilla. Así de rara y peculiar me parece la experiencia de la amistad de verdad en comparación con la de las redes sociales, que sería algo así como ver un estreno de Hollywood rodeado de gente, tomando palomitas y coca-cola.

Como defensor a ultranza de las palomitas y lo que representan -el placer por el placer-, me gusta pasearme de vez en cuando por los laberintos y vericuetos de "facebook" para saludar, aunque no sea por este orden, a amigos, amiguetes, conocidos y gente de la noche. Pero es cierto que la amistad "de toda la vida", aquella en la que reconocemos las palabras de Epicuro en su carta a Meneceo, es tan necesaria para la felicidad como el aire lo es para la vida de los seres humanos (¡oye, qué bonito!).

Y ya con esto, me he vuelto a desviar como casi siempre de mi objetivo inicial al escribir este "post". "Orden y caos" se titula, y se inspira en un octógono rojo que vaya usted a saber que significa. En un principio, mi idea era dar por concluida una etapa del blog, ignoro muy bien con que propósito. Está claro que cada vez pinto menos en esta cosa maquinada desde algún lugar de mi subconsciente...

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