Afronto esta nueva etapa del blog sin temor ni temblor. No se lleva bien el silencio cuando uno se acostumbra a hablar, aunque no se sepa a ciencia cierta si alguien anda por ahí, al otro lado de la ventana. Parece ser que tengo un seguidor registrado, y creo que no soy yo. ¿Será el creador de blogspot en persona para animarme o algún loco de la red, amigo de Montaigne, Hölderlin y Stefan Zweig?
Cada vez escribiré menos y dibujaré más. Hasta cambio de ciclo, seguiré pintando peces: geometría en movimiento de colores alegres para escapar del a menudo insoportable ruido de la actualidad. Este dibujo en particular lo realicé en Madrid, en aquellos días lluviosos de abril en los que Sebastian Castellio se rebelaba contra Calvino a raíz del asesinato de Miguel Servet.
Castellio y Servet: dos verdaderos indignados de su tiempo. Hablaré de ellos en una próxima entrega, con permiso del Eclesiastés.
Castellio y Servet: dos verdaderos indignados de su tiempo. Hablaré de ellos en una próxima entrega, con permiso del Eclesiastés.
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