martes, 19 de julio de 2011

Deseo de aventura


Pocas películas resumen mejor el innato deseo de aventura que llevamos dentro que "Los Goonies", un clásico de los años 80 que narra las peripecias de un grupo de adolescentes en un pueblo costero de los Estados Unidos. Aprendemos de la película que aventurarse en algo significa - aunque no lo queramos - meterse en un lío tras otro hasta llegar al deseado final, en este caso un magnífico tesoro de piratas de cuya existencia daba fe un polvoriento y olvidado mapa. El camino está lleno de dificultades, peligros, desafíos a la resistencia física y mental de los protagonistas. La película nos enseña - así yo al menos lo recuerdo - que tal vez la mejor receta para alcanzar el éxito sea no pensar demasiado: dejarse llevar por la intuición y desarrollar el instinto de supervivencia para poder dar un paso adelante o al costado en función de las circunstancias. El coraje de los individuos y la inquebrantable unión del grupo es lo que otorga a "los goonies" la llave del éxito. A ello hay que unir una pizca de suerte y un punto justo de locura. En efecto: sin un "razonable" punto de locura ningún proyecto verdaderamente apasionante se podría llevar a buen puerto. No me equivoco si afirmo que casi todos olvidamos, en un determinado momento de nuestra vida, esta sencilla y útil lección.

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