domingo, 23 de enero de 2011

Más allá de la palabra


Ordet: la palabra. Con esta película se resumen las preocupaciones vitales de Sören Kierkegaard, el filósofo de la existencia, de la subjetividad y de la fe. Dice Kierkegaard que la fe es una pasión, un sentimiento. Reflexionar sobre la fe es así un ejercicio inútil, ya que la fe es incompatible con la razón, o al menos la razón se revela como insuficiente para alcanzar la fe. Desde un plano ético, se puede admirar al que tiene fe pero poco más: nunca se le podrá comprender.

***

Dios pide a Abraham que sacrifique a su hijo Isaac. Abraham obedece en silencio, tal es su fe por Dios. No dice nada a nadie porque nadie podría comprenderle. Cuando en la cima de la montaña empuña el cuchillo con el que ha de ejecutar el sacrificio, escucha la voz de Dios: ha pasado la prueba de la fe e Isaac podrá seguir viviendo. Abraham respira al fin, su silencio ha sido recompensado. No bastaba con creer, con tener el cuchillo preparado para la horrible ofrenda, era necesario además callar, aguantar la prueba en un absoluto e incomprensible silencio.

***

Más allá de la palabra se situa el amor, la expresión más alta de la generosidad humana. ¿Pero qué es el amor sino renuncia? Detrás de toda renuncia, hay sin embargo un motivo de celebración. La vida ha de ser, por encima de todo, algo alegre. Esta es la paradoja: el hombre es un ser que, pese a su precaria condición, puede alegrarse, es la manera que tiene de vencer al absurdo. Todo pensamiento y acción han de conducir, en última instancia, a la búsqueda de la alegría. Si el absurdo se vive en silencio, la alegría se encuentra acompañada de la palabra. Más allá de ésta se encuentra el amor, o lo que es lo mismo, la superación del absurdo a través de una generosidad sin concesiones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario