miércoles, 21 de julio de 2010

Y España ganó el Mundial...


Tres fueron en particular los protagonistas inesperados del Mundial: las vuvuzelas, unas trompetas de sonido irritante utilizadas con el fin de acallar las voces del público en los estadios; el balón Jabulani, un producto de alta tecnología que aniquila gran parte de la belleza del fútbol, y el pulpo Paul, un cefalópodo residente en un acuario alemán cuyas preferencias alimenticias han adelantado los resultados de la Mannschaft así como de la final que dio victoriosa a la selección de España.

La otra gran novedad del Mundial fue precisamente esa: ganó España, ¡qué locura!. Era favorita, jugaba al fútbol mejor que nadie, y por ello la mayor parte de los equipos se ensañaron con ella a base de patadas y malos modos. Sólo un golpe de suerte a última hora nos dio la victoria. Fue una especie de justicia poética que Iniesta consiguiera marcar el gol a pase de Cesc cuando faltaban apenas unos minutos para el final de la prórroga. Aun así, la final será recordada por el árbitro inglés, una especie de matón de discoteca demagogo y cobarde.

Desde pequeño había soñado con una victoria de España en un Mundial de fútbol. Lloré cuando nos eliminó Bélgica en México tras el fallo de Eloy, me enfadé cuando nos echó Yugoslavia en Italia con gol de falta, sentí impotencia cuando los italianos nos eliminaron del Mundial de EEUU con gol a última hora y penalty no señalado a Luis Enrique, me dejó sin palabras nos pasar de primera ronda en el Mundial de Francia, me cabrée como Helguera y Camacho cuando un árbitro nos birló el paso a semifinales contra Corea del Sur, equipo anfitrión de un mundial bastante amañado, y ya, por fin, sentí una lógica indiferencia cuando los franceses nos apearon del mundial de Alemania en un partido de octavos sin héroes ni culpables.

Y ahora que somos campeones, ¿qué sueños (deportivos) quedan de la infancia? Tras los éxitos nacionales, no estaría mal que el Real Madrid volviera a conseguir la Copa del Rey. Por culpa de este trofeo Pellegrini comenzó a provocar su salida, y no sería raro que consagrara a Mourinho, que si es inteligente no dejara pasar la oportunidad de ganar este título. Si ganamos, me compro un acuario, homenaje al pulpo Paul.

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