miércoles, 1 de febrero de 2012

Azorín y el tiempo de los peces





Hace falta mucha voluntad para leer, en los tiempos que corren, a un novelista tan pesado como Azorín (dicho sea "desde" la admiración, que dirían los politicos). Como voluntad no me sobra, me sirvo de internet para comprender las preocupaciones vitales del escritor alicantino, ya que en buena parte comparto sus lecturas de juventud. Resulta curioso como, con un siglo de distancia, sigamos hablando de los mismos autores: Schopenhauer, Nietzsche, Montaigne.



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En un puesto de libros de segunda mano situado en la esquina del Retiro encontré la novela con la que Azorín se dio a conocer como escritor. Azorín sirvió de inspiración a Pío Baroja, de ahí surge en parte mi curiosidad por este autor tan olvidado últimamente. He hojeado "La voluntad" de pasada -con tanta descripción, la lectura seguida se hace cuesta arriba- y he encontrado varias alusiones a los tres autores citados en el párrafo anterior. También reproduce un pasaje del Critón, el diálogo platónico en el que Sócrates expone su idea de justicia. Ese totum revolutum de autores e ideas me gusta mucho por lo que tiene de antiacadémico. El existencialismo, en sus distintas variantes, nace de la curiosidad y del desorden.



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De vuelta a casa, he intentado -sin mucho éxito- poner un poco de orden en lo que denomino el tiempo de los peces, un conjunto de dibujos con los voy saliendo a ratos de la geometría pura y dura. Buceando en internet, he hallado algo curioso, en el borde de la sincronicidad: una escritora argentina (tocaya mía para más señas), ha titulado de esta forma -"El tiempo de los peces"- un libro de cuentos lleno de poesía y buenas intenciones. Por lo que parece, internet es un inmenso desván en el que nada permanece escondido.

2 comentarios:

  1. A Azorín hay que leerlo a pequeños sorbos, como cuando nos tomamos la leche de pequeños en el desayuno.

    Azorín escribió "La voluntad" en Yecla, al mismo tiempo que Pío Baroja escribió "Camino de perfección". Fueron los días y tiempos en los que Azorín y don Pío se hicieron amigos de verdad.

    Visita, si puedes algún día, la Casa Museo Azorín de Monóvar.

    Atentamente,

    Juanjo Payá

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  2. Es mágica esa red de amistades que configura la literatura... Gracias por tu comentario -"Camino de perfección" es un libro que me gusta mucho-, y por tu consejo. Tengo pendiente una visita a Levante así que con mucho gusto iré a ver la casa Museo de Azorín.

    Un saludo

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