Acabado el tiempo de los peces, ¿qué toca vivir ahora al margen de las fotocopias y los gráficos en excel? Manda el i-pad, la radio wi-fi y las aventuras de Aviraneta por aquí y por allá. También las ventanas y sus marcos, los interruptores de colores y quizás una alfombra persa de enésima mano (o mejor dicho pie). Vivir sin coraje, pero con orden. Por encima de las viejas servidumbres, sin renunciar a un inesperado golpe de suerte. Claro, si es golpe de suerte ha de ser inesperado. Lo que está claro es que, haga lo que haga Ancelotti, echaremos de menos a Mourinho.
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